"El renacer de 'Nosferatu': entre controversias y misterio, la nueva versión revive la maldición del clásico del cine"
La primera vez que Robert Eggers se atrevió a contemplar el aterrador rostro del actor Max Schreck tenía apenas ocho años. Esta experiencia tuvo lugar en su hogar, de la mano de su madre, gracias a un VHS alquilado de **Nosferatu** de Murnau (1922). La impresión que le causó fue tan profunda que decidió que quería dedicar su vida a revivir ese instante. Años después, se convirtió en director y, mientras filmaba obras aclamadas como **La Bruja** (2015) y **El Faro** (2019), mantuvo viva la ilusión de realizar su propia versión del clásico. En total, para poder estrenar **Nosferatu** el pasado 25 de diciembre, Eggers dedicó una década a intentar llevar a cabo un rodaje que fue cancelado en dos ocasiones. El director llegó a convencerse de que una maldición gravaba sobre él, y no es para menos, ya que la película original arrastra una leyenda maldita que perdura un siglo después.
“Me estoy esforzado todo lo que puedo, pero me pregunto si el fantasma de Murnau me está intentando decir que tengo que parar”, confesó Eggers en una entrevista a Indiewire en 2022. Para entonces dos de los actores principales, Harry Styles y Ana Taylor-Joy, acababan de abandonar el proyecto. El fantasma de Murnau, sin embargo, llevaba años ocupado en una tarea más importante que boicotear una adaptación: encontrar su cabeza. Según recoge la revista alemana Der Spiegel, en 2015 el cráneo del cadáver del director desapareció de la tumba familiar en el cementerio de Stahnsdorf, en Berlín. No era la primera vez que se intentaba profanar la cripta y por los restos de cera encontrados se planteó la opción de que pudiera tratarse de algún ritual oculto. Hasta ahora tanto los profanadores como la cabeza permanecen desaparecidos. Este es el último de todos los misterios que rodean a Nosferatu.
La leyenda nació hace más de un siglo cuando en la Europa posterior a la Primera Guerra Mundial se empezaba a fraguar el gusto por lo esotérico. El crítico de cine Jesús Palacios, autor de Nosferatu. El Libro del centenario (Notorious Ediciones, 2022), destaca la importancia que tuvo Albin Grau, productor y estudioso de la Alquimia, en el origen de la cinta. “La idea de la productora Prana Films era crear un filme esotérico que mostrara las posibilidades del cine desde el punto de vista ocultista”. Para ello decidieron llevar al cine por primera vez la novela de Drácula (1987) del escritor irlandés Bram Stoker y adaptarla, sin pagar por los derechos, al contexto alemán. Entre todas las voces del expresionismo alemán se escogió a Friedrich Wilhem Murnau como director por su afinidad con el mundo ocultista.